La
situación de las personas en situación de discapacidad a nivel nacional ha
tenido unas características particulares que hacen de ella un ejemplo de los
elevados grados de exclusión social a los que la sociedad puede llevar a
ciertos grupos sociales que han sido estigmatizados o esteriotipados por ser
diferentes a la visión homogenizante de la sociedad que ha sido construida
culturalmente. Más allá de esto es desconsolador observar y analizar que las
personas en situación de discapacidad solo han sido tenidos en cuenta para el
reconocimiento de sus derechos ciudadanos en la medida que se incremento la
discapacidad a nivel laboral, reduciendo el capital humano y de igual forma atentando
contra la economía de mercado, que es uno de los pilares socio – políticos y
económicos que rige la dinámica colombiana. Es solo en este punto y con la
creación Del “Estado de Bienestar” que surgió la preocupación por un grupo
poblacional que estaba aislado y despreciado en todos los ámbitos del
desarrollo social. No obstante las posibilidades para las personas en situación
de discapacidad han ido en crecimiento por medio de la creación de planes de
discapacidad que impulsan principalmente la inclusión social, bajo principios
como el de la equidad social y ciudadana.
Así
mismo desde la perspectiva de desarrollo, bienestar y calidad de vida que se
impulsan programas, proyectos especiales para las personas en situación de
discapacidad, tanto que ahora se fomenta su inclusión en las dimensiones
educativas, laborales, deportivas, culturales, comunicacionales de accesibilidad
como es el caso del transporte, de infraestructura etc.
Dada
la importancia del reconocimiento de los otros – personas en situación de
discapacidad – y los índices de exclusión que tienen estas poblaciones, se hace
necesario pensar en la construcción de una hermenéutica de la alteridad en sus
diversas manifestaciones, como: la
diferencia, diversidad, la heterogeneidad, lo subalterno; en la constitución
del presente. Haciendo necesario establecer
unas precisiones en cuento a la función de la historia y el saber histórico, como producto de una
operación social, que responde a acciones de lugar y procedimiento, por lo que
no es posible separar los resultados de la operación intelectual, con lo que
normalmente se considera como el saber histórico; para reflexionar sobre la existencia de una
historia situacional, crítica y participativa.
El
reconocimiento de la alteridad se da cuando el rostro de lo otro – la persona
en situación de discapacidad - , es el puente a partir del cual el ser se
desdobla en alteridad radical, el intersticio desde el que es posible fundar
una ética de la trascendencia. La
alteridad entendida como lo distinto, el otro como persona, el que en tanto
libre no se origina en lo idéntico.
Implica reconocer al otro en el rostro ajeno del yo, reconociendo la
fragilidad ajena, la vulnerabilidad en el rostro y ablandarse ante el otro.
La
discapacidad, no solo es un concepto, sino una realidad inexplicable, cuando se
aborda desde una sola disciplina; es por ello que la discapacidad constituye
una realidad compleja, que gira en torno al ser humano. Ya que el hombre se
mueve en el mundo de la complejidad, al cual se le han buscado múltiples
explicaciones, en todo cuanto lo compone, para ello a través de diferentes
disciplinas se ha tratado de simplificar el conocimiento, de tal forma que sea
posible construir diferentes leyes, principios y teorías que expliquen a nivel
global lo que se pretende explicar; de esta forma se da origen al concepto de
Paradigma de la simplicidad; considerando al hombre desde su orden biológico,
cultural, lenguaje, la función o realidad psicológico (refiérase al espíritu),
lo cual permite que el conocimiento científico se descubre, a partir de la
simplicidad del mundo en medio la multiplicidad (complejidad) de todos los
hechos / fenómenos que ocurren alrededor del hombre.
Es
por ello que el comprender a la discapacidad inmersa en el mundo en su
totalidad se constituye como [6]“perfecta”
y complejo que muchas veces ante los ojos humanos suele ser complicado
comprender la realidad, pero esta no es más que una relación de pares antagonistas
y complementarios.
[1] Ministerio de Salud. “Lineamientos de Atención en
Salud para las personas con deficiencia, discapacidad o minusvalía”, Bogotá,
pp.11-12, 1996
[2] Presidencia De La Republica , Bases Para La Formación De Politica
Publica En Discapacidad, Págs. 70-71
[3] Ibíd., Pág. 71
[4]
ORTEGA, Francisco. Historia y éticas:
Apuntes para la hermenéutica de la alteridad.
[5]
Ibíd.
[6] Perfecta, puesto
que a pesar de la dificultad, a la que se alude cuando se habla de la
discapacidad, como pérdida o disfunción también se concibe una forma de
desarrollo del sujeto distinta en un proceso en el que a pesar de las
dificultades, se busca sobre vivir y más que eso vivir. En respuesta a las
necesidades personales del individuo, como a las exigencias de la sociedad.

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